Dictado:
JULIETA (hablando a solas) .-¡Romeo! ¡Romeo! ¿Por
qué eres tú, Romeo?... Reniega de tu padre, adjura de tu nombre, y si no
quieres hacer eso, jura que me amarás, y yo cesaré de ser Julieta
Capuleto.
ROMEO.-¿Debo continuar escuchándola, o debo hablarle?
JULIETA.-Tú
no eres mi enemigo; lo es tu nombre, tu nombre solo. Tú eres tú y no
eres un Montesco. ¿Que es un Montesco? Esos brazos, esa cabeza, esos
cabellos, no componen un Montesco...Todo eso te compone a ti... ¡Cambia
de nombre! ¡Un nombre no es nada! Demos a una rosa otro nombre, y no por
ello dejará de agradarnos; su perfume no será por eso menos suave. Si
Romeo tuviese otro nombre, toda su gracia y su perfección quedarían en
él, que es a quien yo amo. ¡Borra tu nombre, oh Romeo, ese nombre que no
es nada, ese nombre que no constituye tu ser! ¡Bórralo y tómame a mí en
cambio, a mí toda entera!
ROMEO (alto a
Julieta).-Te cojo la palabra, Julieta. Dime tan solo: "¡Amado mío!",
dame ese nuevo bautismo, y nunca, ¡oh!, nunca volveré a ser Romeo.
JULIETA (mirando debajo del balcón).-¿Quién
eres tú, que me escuchas? ¿Tú, a quien la noche envuelve y que sorprende
mis pensamientos más secretos?
ROMEO.-No
me atrevo a decirte mi nombre; es un nombre que aborrezco, ¡oh mi
adorada santa!... Le detesto por ser enemigo de la que amo. ¡Si lo
tuviese escrito Aquí, ante mis ojos, haría pedazos las letras que lo
componen!
JULIETA.-Has pronunciado pocas
palabras, pero ninguna se ha escapado a mi oído, y he conocido también
el acento de tu voz.... ¿No eres tú Romeo...? ¿No eres un hijo de
Montesco?
ROMEO.-Ni lo uno ni lo otro, ¡oh mi bella santa!, si lo uno y lo otro te desagrada.
JULIETA.-¿Cómo
has llegado hasta aquí? ¿Para qué estás ahí? Dímelo. Los muros de este
jardín son muy altos y díficiles de escalar. Este sitio representa la
muerte para ti, que eres un Montesco, si es que te encuentra alguno de
mis parientes.
ROMEO.-El amor me prestó
sus alas, y desaparecieron todos los obstáculos. ¿Qué es para el amor
una muralla de piedra? A todo lo que quiere se atreve, y yo no temo la
cólera de tus parientes.
JULIETA.-¡Si te viesen, te matarían!
ROMEO.-Hay
para mí más peligro en tus ojos que en afrontar veinte espadas
desnudas. Concédeme tan sólo una dulce mirada, y eso me basta para
desafiar el furor de todos.
ACTIVIDADES:
1ª Shakespeare y su contexto histórico
2ª Obra literaria de William Shakespeare
3ª Tema central del fragmento...
4ª Aspectos formales (en el fragmento)
5ª Influencia de Romeo y Julieta en la posteridad
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